Informe: Endurecimiento Inoportuno

A continuación, el resumen del Informe Económico de la última semana. Lo invitamos a descargar el Informe Completo (provisto por Empiria Consultores).

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1. Endurecimiento a la fuerza: 

Ante un rebote inflacionario que se inició por los ajustes tarifarios, el BCRA parece decidido a endurecer la política monetaria, luego de meses en los que la había flexibilizado de hecho (no de palabra). Con el rebote económico de fines del 2016 que fue más débil de lo esperado (y con pronóstico reservado para este año), la decisión no parece demasiado oportuna.

Ante el rebote de la inflación en febrero (que amenaza a extenderse a marzo), el BCRA parece asumir que habría un exceso de dinero en la economía, que no se absorbía con la política monetaria vigente. Así, luego de meses sin intervenir en el mercado secundario de Lebacs, el BCRA retomó en marzo las ventas en el mercado secundario, con el objetivo de revertir la caída en las tasas de interés de las letras. En las primeras 3 semanas de marzo absorbió casi $40.000 millones por estas operaciones, haciendo rebotar las tasas cortas hasta cerca del 22% (cuando se estaban acercando al 20%). A ello se una cifra aproximadamente similar absorbida vía pases.

La tasa de política monetaria (de las operaciones de pases) que empezó a regir a partir de enero y que el BCRA buscaba utilizar como tasa de referencia, no ha tenido los efectos que (aparentemente) se buscaban, y se estaban separando cada vez más de las tasas de mercado (depósitos y lebacs), hasta la intervención en el mercados secundario. Otro síntoma del exceso de pesos en la economía es la compra de dólares para ahorro (formación de activos externos), que alcanzó en el primer bimestre del año los USD 4.855 millones.

El stock conjunto de Lebacs y pases pasivos supera el total de las reservas internacionales. Lo mismo sucede respecto a la Base Monetaria. Pero mientras la relación con las reservas está lejos de ser record (los niveles actuales fueron ampliamente superados en el 2015 y 2016), la relación actual con la Base Monetaria en torno al 110%, es record histórico.

 

2. Política cambiaria: Se acrecienta la preocupación por el atraso cambiario

Las elevadas tasas de interés combinadas con fuerte oferta de dólares del exterior y los dólares provenientes del agro, continúan presionando la divisa norteamericana en nuestro país. Pero hay señales de que la preocupación por el atraso cambiario empieza a permear dentro del Poder Ejecutivo, y se derrama al Banco Central.

Tratando de poner límites al atraso cambiario, el BCRA ha cambiado la decisión de política que venía manteniendo hasta el momento. Ahora los dólares provenientes de la colocación de deuda en moneda extranjera (tanto de Nación como de las Provincias) son comprados directamente por el BCRA, sin pasar por el mercado, de manera de reducir la oferta de dólares que presiona a la baja el tipo de cambio.

 

3. Importaciones: con paravalanchas

La apreciación real del tipo de cambio incrementa la posibilidad de que las compras de bienes al exterior desplacen la producción local, en particular de aquellos sectores que son más sensibles a la competencia externa, como es el caso de la industria textil, el calzado y la electrónica. Es una amenaza real, pero que se exagera. La participación de las importaciones de bienes y servicios en nuestro país fue la cuarta menor a nivel global (11,3%). Ello implica que nuestra economía es una de las más cerradas a nivel global y ni aún duplicando las compras externas lograríamos situarnos en niveles similares a los promedios de la región y del mundo. Asimismo, la participación actual incluso es casi la mitad de la participación alcanzada en 2008.

Hacia delante, la oferta importada iría creciendo en el país. La política llevada a cabo por la actual administración es impulsar gradualmente una mayor apertura y una expansión del comercio, como vía para el crecimiento. No obstante, la reapertura existe ni debe esperarse una apertura indiscriminada, ya que el Gobierno planea una transición gradual, dirigida a contener las tensiones que surgirán de los diferentes sectores económicos que cuentan con menor competitividad.