Mercado laboral: Ni infierno ni boom

Avance lento en el mercado laboral:

– Transcurrido más de un año y medio de la llegada del nuevo gobierno, el mercado laboral continúa recuperándose a un ritmo lento respecto a registros pasados, y basado en la creación de empleo de menor calidad. La evolución del mercado laboral es reflejo de los cambios presentes en la economía donde la industria sigue su proceso de ajuste “controlado” y las fuentes de crecimiento laboral se limitan a los sectores ganadores de la nueva economía. Recién si se registra un buen resultado electoral en octubre próximo podría acelerarse el mercado, al impulsar mayores inversiones por la ampliación del horizonte de planeamiento que determine una mayor demanda proveniente del sector privado.

– En la actualidad el empleo registrado verifica un ciclo expansivo de 16 meses consecutivos en la medición sin estacionalidad, donde los niveles de empleo alcanzan a más de 12,1 millones de puestos de trabajo. El ritmo de crecimiento en el último mes alcanza a 1,4% interanual, lo que implica por primera vez superar al crecimiento poblacional. De este modo, la suba reciente del nivel de empleo registrado permite absorber la nueva oferta laboral si se mantiene la fuerza laboral inalterada e incluso comenzar a reducir las posiciones asalariadas no registradas. La fase actual de crecimiento se está viendo caracterizada por el incremento del empleo monotributista, es decir de un empleo de baja calidad, en un contexto donde la expansión de los asalariados se ha reducido a la mínima expresión de los últimos años y ha sido sostenida únicamente por el segmento público, pero a un menor ritmo.

– A diferencia de lo registrado en las recesiones anteriores, se ha verificado que la cantidad de puestos de trabajo dentro del segmento asalariado privado registrado se redujo en 2016, dando cuenta que los empresarios han avizorado cambios en el régimen económico respecto a lo observado en las crisis previas. Recién en los últimos datos se han comenzado a verificar un alza del nivel de asalariados del sector privado registrado.

– Hacia delante, el mercado laboral tiene el desafío de lograr una mayor competitividad, teniendo en cuenta que recientemente Brasil ha implementado una reforma laboral y por ende implica una mayor competencia para la atracción de nuevas inversiones. En éste marco, el Gobierno ha realizado acuerdos parciales con algunos sectores e industrias de la economía (textiles, calzado, petróleo y agro, entre otros) y está empezando a “tantear” una nueva reforma laboral a fin de reducir los costos laborales.

– No obstante, si bien una reforma laboral permitiría mejorar el ritmo de crecimiento del mercado laboral y mejorar la eficiencia en algunos segmentos específicos, creemos que, teniendo en cuenta que el sector público está sobrecargado y que la cantidad de obras públicas habrían alcanzado un máximo, sólo la llegada de nuevas inversiones y una mayor confianza del empresariado podrían gatillar una nueva ola de contrataciones. Para ello, se debe confirmar el rumbo de la política económica actual y extender el horizonte de planeamiento de los empresarios, a fin de incentivar la mayor llegada de capitales.

– De este modo, una de las características del nuevo set de condiciones del mercado es que la dinámica laboral será más contenida que en ocasiones previas pero a la vez más sustentable. Teniendo en cuenta la baja del costo relativo del capital respecto del trabajo es factible que las nuevas inversiones se dirijan principalmente a los sectores más capital intensivos, generando una menor elasticidad en la creación del empleo. No obstante, el nuevo ciclo se caracterizará por tener fundamentos más sólidos que en el pasado (que se basaba en las cuasirentas generadas en el mercado interno por el cierre de la economía y el aumento de la planta pública) y, ante el aumento de la productividad, permitirá romper la inercia de más de cinco años de la falta de creación de nuevos puestos laborales en el segmento privado registrado.