Informe Económico. Empleo y consumo: sin grandes expectativas.
- 11 de febrero de 2019
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- Categoría: novedades
EMPLEO Y CONSUMO: SIN GRANDES EXPECTATIVAS
8 de febrero de 2019
1. Mercado laboral: planchado con suerte…
· Desde inicios del año pasado el mercado laboral ha comenzado una etapa de deterioro, acompañando el retroceso de la actividad económica. Si bien es extensivo a todos los sectores, la retracción del mercado laboral formal se centra en el sector asalariado privado, donde principalmente la industria (que todavía se está acomodando al nuevo set de precios relativos y la reapertura de los mercados externos) y la construcción (acompañando el ciclo económico) son los segmentos más afectados. Teniendo en cuenta las perspectivas de 2019 y el lag que tiene usualmente en reaccionar el mercado laboral, las noticias distan de ser positivas para el corriente año en términos de cantidades.
· Según el último reporte oficial, los niveles de empleo registrado exhibieron en noviembre pasado un retroceso por décimo mes consecutivo tras haber alcanzado un máximo en enero de 2018. Luego de un estancamiento hasta abril pasado, la dinámica de mercado laboral aceleró su caída en la segunda mitad del año por el descenso del nivel de actividad. Así, se perdieron cerca de 200.000 puestos de trabajo o 1,6% de los puestos laborales desde el máximo. De este modo, la actual crisis económica registró un impacto en los niveles de empleo en forma substantiva, hecho que no había ocurrido en las recesiones previas de 2014 y 2016 y donde nos debemos remontar hasta el año 2009 para ver un impacto tan significativo. Probablemente el deterioro de las condiciones económicas, el cambio estructural del modelo y la continuidad de los efectos negativos sobre el consumo son las probables causas del deterioro, en un contexto donde la salud financiera de las empresas ya se encontraba debilitada.
· Teniendo en cuenta las modalidades laborales, es decir el tipo de relación laboral de la ocupación principal, se puede comprobar que la mayor parte del deterioro del nivel de empleo obedece principalmente al desempeño del empleo asalariado privado registrado y a la eliminación del monotributo social agropecuario (MSA). En el caso de los asalariados privados del sector registrado la pérdida alcanza a más de 117 mil posiciones laborales y explica casi dos tercios del retroceso del empleo formal desde 2015. El deterioro obedece tanto a causas estructurales como coyunturales, por el ciclo económico. Dentro de lo estructural, la apertura al comercio y los cambios en los niveles de consumo ha provocado que algunos segmentos económicos hayan enfrentado la merma de empleo por la pérdida de la demanda interna ante la competencia del exterior. El clásico caso corresponde a la industria, que desde 2016 a la fecha viene registrando una pérdida en el nivel de ocupados, que acumula un retroceso de 10% en su plantilla. Luego, hay segmentos que en la actualidad registran un deterioro del nivel de empleo, principalmente como consecuencia del ciclo económico y la inversión. En este caso, el ejemplo corresponde a la construcción, que tras alcanzar niveles récord de actividad a mediados de 2018, se ha comenzado a derrumbar fuertemente en el segundo semestre de 2018. Entre factores estructurales y coyunturales podemos encontrar el caso del comercio, que tras haber soportado positivamente la crisis de 2016, la evidencia actual nos indica que la actividad ha empezado a reducir los niveles de empleo y de manera sostenida.
· Con todo, la crisis económica del año 2018 va a dejar su huella negativa en el mercado laboral y se prevé que persista en el 2019. La política monetaria dura va a seguir afectando los niveles de consumo y las capacidades de financiamiento de las empresas, incidiendo negativamente en su supervivencia y la de los puestos de trabajo que generan. Tampoco se le podrá pedir mucho más a la inversión. Si bien se redujeron los niveles de incertidumbre, pesa sobre el año el ciclo electoral que disminuirá a valores mínimos el capital a hundir por parte de los empresarios. Por otro lado, también se verá mermado el gasto de capital de las obras públicas mientras que el reemplazo por los PPP ha sufrido un fuerte revés con la suba de la tasa de interés local. De este modo, dado los niveles esperados de consumo e inversión, es factible que los niveles de ocupación sigan bajando lentamente a lo largo del año.
1. Consumo: todavía en la transición
· Cuando comenzó la nueva administración gubernamental se preveía una transición por el cambio de modelo, desde uno basado en la demanda a uno más focalizado en la oferta. Ello determinaría una caída de la participación del consumo dentro de la estructura económica, como consecuencia del ajuste de los precios relativos de los servicios públicos y un esquema financiero más favorable para el ahorro.
· Dentro de esta transición de los niveles de consumo, jugará la coyuntura actual, donde se prevé una recuperación de los ingresos de los asalariados en los próximos meses, tras las recientes ruedas de renegociación de los convenios laborales de 2018 pero con efecto en el primer trimestre de 2019. Luego desde el segundo trimestre del año seguirá operando la nueva pauta salarial que permitiría ir lentamente recomponiendo los salarios pero aún a niveles reales en valores similares a los del pozo de 2016. Respecto al resto de los factores de impulso del consumo de las familias, la principal mejora será registrada en las transferencias realizadas mediante las jubilaciones y la AUH, mientras que no se prevé un incremento del crédito.
· Teniendo en cuenta lo estructural como lo coyuntural, es factible que el desempeño del consumo privado a lo largo del año siga siendo poco satisfactorio. Según nuestras previsiones, la caída de los niveles de consumo persistirá hasta el primer trimestre del año, luego del fuerte deterioro observado en la segunda parte de 2018. El cambio recién se registraría en el segundo trimestre, donde las familias empezarían a animarse a elevar sus niveles de consumo, pero en forma lenta.